3 MOMENTOS PARA EVALUAR LA PROGRAMACIÓN DIDÁCTICA Y UNA FICHA DE REGISTRO PARA AYUDARNOS
Evaluar al alumnado parece siempre más importante que evaluar los procesos de enseñanza y nuestro quehacer docente, pero lo uno sin lo otro... No es
razonables ¿verdad? Pues manos a la obra. Y empezamos con la Programación didáctica.
En el caso de Aragón (en el resto de comunidades la normativa va en la misma línea), la Orden de 9 de mayo de 2007 por la que se aprueba el currículo de Educación Primaria, en su artículo 13.7 establece que “El profesorado evaluará tanto los aprendizajes de los alumnos como los procesos de enseñanza y su propia práctica docente. Igualmente evaluará el Proyecto curricular, las programaciones didácticas y el desarrollo del currículo en relación con su adecuación a las necesidades y características del alumnado del centro”.
En la introducción de la Orden de 26 de noviembre de 2007 sobre la evaluación en Educación primaria en Aragón, se expone que “…la evaluación se concibe como un proceso que /…/ ha de tener por objeto tanto los aprendizajes de los alumnos como los procesos de enseñanza”.
La evaluación afecta por tanto, no sólo a los procesos de aprendizaje del alumnado sino también al resto de elementos implicados en el proceso de enseñanza, al profesor y al mismo diseño curricular, evaluando los objetivos, contenidos, competencias básicas, metodología, recursos organizativos y materiales, y el propio sistema de evaluación. En este sentido, a los datos aportados por la evaluación continua de los alumnos, parece conveniente incorporar información sobre la idoneidad de los distintos componentes de la programación.
La investigación en evaluación educativa y evaluación de programas, ha optado en las últimas décadas por enfoques globales e integradores orientados a la mejora, que avalan la necesidad de evaluar tanto el producto como la planificación del programa, su aplicación e impacto (Scriven, 1973; Stufflebeam y Shinkfield, 1987; Pérez Juste, 1995, 2006; Bausela, 2003; Tejada, 2004; Rebolloso et al, 2008; Pérez Llantada et al, 2009.
Desde una perspectiva amplia, la evaluación de la propia programación podría presentar tres momentos diferenciados.
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El primero de ellos nos invita, tras su planificación y previamente a su desarrollo y aplicación en unidades o proyectos de trabajo, a testear la inclusión, idoneidad y pertinencia de todos los elementos curriculares prescriptivos (ver ejemplo de ficha de evaluación de la programación didáctica).
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El segundo momento alude a la reorientación continua que la aplicación en el aula de la programación, puede aportar sobre los procesos de implementación. Instrumentos de evaluación como el cuaderno o diario del profesor y el registro anecdótico, aportarán consideraciones, juicios, sugerencias…, que luego serán objeto de una más profunda reflexión al final del proceso evaluador. Las opiniones del alumnado a través de sus autoevaluaciones o las puestas en común son también una referencia importante para una valoración más participativa y compartida del proceso de enseñanza y aprendizaje.
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Por último, será al final del proceso, tras la aplicación real de la programación, cuando tengamos una perspectiva más completa que se completará con los resultados de la evaluación del aprendizaje del alumnado.
La conjunción de los tres momentos genera información fiable y válida suficiente para emitir juicios de valor que den soporte a la función formativa de la evaluación y permitan reconducir, tomar decisiones y mejorar las programaciones, sus procesos de aplicación y los resultados de su puesta en marcha.
Veamos ahora ese ejemplo de ficha de evaluación para testear nuestra programación en Primaria.
O en la ESO: ejemplo de ficha de evaluación de la programación en ESO.
Tened en cuenta que si la normativa de vuestra comunidad os pide, por ejemplo como ocurre en algunas de ellas, que concretéis los objetivos generales del área, deberéis incluir un indicador en ese apartado para evidenciarlo.
Martín Pinos Quílez
Referencias bibliográficas
Bausela, E. (2003). Metodología de la Investigación Evaluativa: Modelo CIPP. Revista Complutense de Educación, Vol. 14, Nª 2. 361-376.
Pérez Juste. R. (1995) Un modelo para la evaluación interna y externa de programas educativos. En Pérez Juste, García Llamas, J.L., Martínez Mediano, C. (coords.) Evaluación de programas y centros educativos. (pp. 31-168). Madrid: UNED.
Pérez Juste. R. (2006) Evaluación de programas educativos. Madrid: La Muralla.
Pérez-Llantada, M.C., López. A. y Gutiérrez, M.T. (2009). Evaluación de programas e intervenciones en Psicología. Madrid: Dykinson.
Rebolloso, E., Fernández-Ramírez, B. y Cantón, P. (2008). Evaluación de programas de intervención social. Madrid: Síntesis.
Scriven, M.C. (1973). Goal Free Evaluation. E. House (comp.): School Evaluation: The Politics and Process. Berkeley: Mac Cutchau.
Stufflebeam, D.L. y Shinkfield, A. J. (1987). Evaluación sistemática. Guía teórica y práctica. Barcelona: Paidós/MEC.
Tejada, J. (2004). Evaluación de programas. MóduloVI: Investigación e innovación formativa. Grupo CIFO. Barcelona.UAB. Consultado el 25-06-12: https://www.dipujaen.es/export/sites/default/galerias/galeriaDescargas/diputacion/dipujaen/formacion/centro-documental/Evaluacixn_programas_de_formacixn.pdf